El veterano corredor madrileño regresa al Maratón del Polo Norte, esta
vez con esquís
Fuente: Juan Antonio Alegre,
‘Chinotto’ / Fotos: Mike King
Si la climatología es benévola, el
próximo 10 de abril se celebrará la décima edición del North Pole Marathon. La
competición se desarrolla en un lugar del planeta imposible para un
asentamiento humano permanente, la costra de hielo flotante del Océano Glacial
Ártico. ¡Quién se lo iba a decir al legendario Filípides!
Sin noche, flotando y a la deriva
El corredor madrileño ya se encuentra en
la Isla de Svalbard, territorio noruego con más osos polares que habitantes, junto
a otros 50 corredores (21 nacionalidades) en espera de una ventana de buen
tiempo que permita al carguero ruso volar al Polo Norte Geográfico, en plena
banquisa polar. Miguel Caselles ya participó en este maratón en 2007 junto a
Juan Antonio Alegre, ‘Chinotto’. Ambos corrieron los 42 kilómetros a pié y
posteriormente completaron otro maratón en bicicleta, la primera carrera
ciclista (y última) que se ha celebrado en el Polo Norte. Se trajeron tres
podium.
En esta ocasión, la organización
del North Pole Marathon ha propuesto a Miguel cubrir el maratón en la modalidad
de esquí nórdico, a modo de test, de cara a organizar una posible competición
el próximo año. También lleva el encargo de someter a prueba diferentes prendas
deportivas de la marca española SoloClimb.
Si bien en el laboratorio la ropa técnica contra el frío
puede responder satisfactoriamente a muchos grados bajo cero, es en situaciones
extremas de intemperie, donde los parámetros de idoneidad no engañan... razón
por la que SoloClimb prefiere someter a sus prendas a la cruda realidad.
Durante esta época del año el sol
no se oculta en la periferia del Polo Norte Geográfico, por tanto, si las
condiciones acompañan, el maratón dará comienzo en cualquier momento de las de
24 horas de luz del diez de abril. Puestos en marcha, el medio centenar de
corredores tendrá que progresar sobre hielo flotante cubierto de nieve azúcar,
más o menos profunda según el tramo, con dunas, montoneras de bloques de hielo,
grietas y gélido ambiente polar.
Un avión Antonov ruso, preparado
para aterrizajes sobre el mar helado, se encargará de transportar a los atletas
desde la Isla de Svalbard hasta la Base Polar Barneo, que utilizarán como soporte logístico. La Asociación
de Exploradores Polares de Rusia se encarga de levantar la Base en las inmediaciones
del Polo Norte Geográfico, entre los 85 y los 90 grados Latitud Norte. Se
compone de varias tiendas de campaña fijadas sobre la costra de hielo del
Océano Glacial Ártico. Al contrario que las bases polares de La Antártida,
construidas de forma permanente, la Base Barneo del Ártico tiene que ser
montada y desmontada cada temporada debido a que se asienta sobre el mar
helado. Su cometido es dar apoyo a expediciones científicas y deportivas. La instalación
es mantenida en pie poco menos de un mes debido al continuo e imprevisible
movimiento de la costra de hielo flotante, al infierno climatológico y a la
absoluta noche polar bajo la que permanece este lugar la mitad del año.
Los ingenieros rusos mueven
mediante helicópteros y aviones todo lo necesario desde la ciudad de Murmansk (extremo
noreste de Rusia) y Longyearbyen (archipiélago noruego de Svalvard). Lanzando
como avanzadilla a una decena de paracaidistas junto con un par de tractores
quitanieves, con los que preparan una improvisada pista de aterrizaje para el
Antonov An-74. Este año, al mando del equipo de paracaidistas se encuentra el
ruso Yuri Vavulo, quien participó como un corredor más en la pasada edición del
maratón... a 27 grados bajo cero corrió con el torso al desnudo los últimos
metros antes de llegar a meta. Desde luego los rusos del Norte están hechos de
otra pasta.
Fábrica de frío a pleno rendimiento
En esta remota latitud polar, además
de a la distancia, los corredores deberán hacer frente a los condicionantes
geográficos y climáticos. La
costra de hielo del océano ronda los dos metros de grosor y dependiendo del
viento y las corrientes marinas puede desplazarse varios kilómetros al día en
cualquier dirección o agrietarse inesperadamente. De las nueve ediciones
celebradas, la de 2009 fue la más exigente al tener que soportar los
participantes temperaturas de 37 grados bajo cero con ráfagas de viento de 45 km/h, lo que provocó una
sensación térmica límite. Días después de celebrarse el maratón una gran grieta
a mar abierto partió en dos la Base Barneo, afortunadamente sin consecuencias
para sus ocupantes. Bajo
el hielo flotante se abren cuatro mil metros de abismo marino.
Si durante el desarrollo del maratón la
temperatura se mantiene a unos 25 grados bajo cero con viento en calma todo
será relativamente soportable, pero si el termómetro desciende de los 30 o el viento
sopla con fuerza la carrera se convertirá en un verdadero infierno. Hay que recordar
que el principal problema a tan baja temperatura, y máxima exigencia física, es
el sofoco por exceso de abrigo poco transpirable, pues el sudor se congela
entre las diferentes capas, convirtiendo a la ropa en una armadura de hielo que
puede colapsar el organismo. Y no sólo se hiela el sudor, también los geles, el
líquido de avituallamiento... y hasta el alma, según algunos. En esas
condiciones cometer un error o sufrir una ‘pájara’ es algo serio.
Parece que en esta décima edición podrían ser
desbancados los vigentes records del North Pole Marathon (3:36 en hombres y
5:37 en mujeres) por el irlandés Gary Thornton (mejor registro personal en
maratón de asfalto 2:17) y por la británica Fiona Oakes (mejor registro
personal en maratón de asfalto 2:38). Todo dependerá de su adaptación al frío,
de cómo se encuentre el terreno para correr y de las cambiantes condiciones
atmosféricas.
En unos días esperamos recibir la crónica de
Miguel Caselles con todo lo acontecido en esta gélida e imprevisible nueva edición
del Maratón del Polo Norte. ¡Suerte a los maratonianos polares y suerte a
Miguel en su solitario maratón en esquís!
North Pole Marathon en Facebook:
Así se levanta la Base Polar
Barneo:
North Pole Marathon 2007 filmado
por Caselles y ‘Chinotto’:
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