Del Corazón, del Espíritu… y de la Transvulcania.
Queridos amigos, no es costumbre mía el escribir crónicas, de hecho me gusta mucho mas leer las de los demás. Se que esta es sin duda una postura un tanto egoísta, pero satisfactoria para esta parte por descontado.
Queridos amigos, no es costumbre mía el escribir crónicas, de hecho me gusta mucho mas leer las de los demás. Se que esta es sin duda una postura un tanto egoísta, pero satisfactoria para esta parte por descontado.
El motivo por el cual me dirijo a ustedes, todos, mis amigos y los que no tengo el gusto que lo sean tanto, es el narrarles lo que a mi humilde entender significa este entramado que llamamos trail, por qué yo Rocío Cuellar hago esto, es por ello por lo que lo he dado en llamar la liberación del corazón, del espíritu y por supuesto como no… por medio de la Transvulcania, esta prueba o cualquier otra, pero menciono la Transvulcania por ser la última no más.
En la vida, como todos podemos comprobar, bueno, es difícil, la vida es difícil y dura, aunque en este oasis de tranquilidad que es occidente no seamos tan conscientes de ello. Yo en concreto tengo un trabajo en el cual veo desfilar casi todos los días tremendas mezquindades, ruindades sin nombre y lo mas bajo y terrible del ser humano. Todo ello hace que uno, en este caso yo, pierda la fe en el ser humano, realmente uno llega a pensar que este mundo no tiene arreglo y cada día que salgo de esa oficina un peso a veces me oprime el corazón y el espíritu. Esto seria así siempre si no tuviese la ocasión de ver con mis propios ojos que realmente los humanos somos capaces de lo más terrible si, pero también de lo más sublime, del amor, de la amistad, del compañerismo, la solidaridad, la alegría por el bien ajeno, el esfuerzo.
De todo ello soy testigo cada vez que acudo con mis amigos y mi marido a una de estas titánicas pruebas. Es realmente maravilloso comprobar como las personas son cada día mejores, y no solo en cuanto a capacidades deportivas, sino también en cuanto a superación de miedos, enfrentarse con retos que requieren una fuerza psicológica considerable, con distancias que muchas personas consideran imposibles “contra natura”, la Transburrada como nos contaba Jo$€ Carlo$ que le decía un amigo hace unos días.
También es maravilloso ver como los amigos se alegran sobremanera al ver a otros compañeros de fatigas culminar sus objetivos. Yo he visto a personas emocionadas profundamente cuando alguien cruzaba la línea de meta en un buen puesto, como cuando David quedo tan requetebién en la maratón de El Hierro.
Por otra parte esta el reto personal, la “carrera interior”, como me gusta llamarla a mi, que no es otra cosa que la competición contigo mismo, el mantenimiento del equilibrio, la cordura, el saber hacer, para llegar a tu objetivo que no es otra cosa que la meta. Y las sensaciones durante la carrera, he de decirles que en esta prueba, la media de la Transvulcania que es en la que yo me enfrasqué, pude sentir cosas tremendas, reflexiones del alma. Recuerdo cuando llegue a la cumbre de las Deseadas y por primera vez fui consciente de que “venia desde allá abajo”, en ese momento en esa atalaya inesperada, vi el mar, estaba escuchando a Fito y los Fitipaldis…”ya puse mi nombre en una bala…ya probé la carne de cañón”, y mi pasado, parte de mi vida paso ante mi, y me sentí victoriosa de estar allí, una profunda emoción me invadió y todo ello, compensa, compensa y contrarresta todas estas mezquindades y ruindades que uno ve en su periplo por la vida.
Queridos amigos, después llegue a la meta, y una vez desplazada hasta Los Llanos en guagua, vi llegar a los demás. Seres victoriosos, modelos de grandeza humana. Fue muy emocionante verles a tod@s cruzar la meta y a los que no pues también lo fue, porque se enfrentaron chiquititos a la montaña, a la Transvulcania y a ellos mismos.
Ya solo decirles que esta prueba fue la última, pero no la única, volveremos a vernos y a sentir y sobre todo a liberar nuestros corazones y nuestras almas de lo peor de los seres humanos, para una vez mas demostrar a los demás y a nosotros mismos de lo que somos capaces.
Un beso y hasta pronto.
Rocío Cuellar.
10 comentarios:
¡Qué bien lo has expresado, Rocío!
Después de todo lo que pasamos en nuestra vida diaria es un placer poder salir por esos montes y encontrarnos con nosotros mismos en la naturaleza, sintiéndonos pequeños y empequeñeciendo todos nuestros quebraderos de cabeza.
Muy bonito, Rocío. Estoy de acuerdo contigo, es alucinante la cantidad de gestos que se pueden ver en cada carrera que dejan ver lo mejor del ser humano. Si sumas todo eso a lo bien que sienta estar en forma, es lógico que aquí todo el mundo que empieza termine enganchado.
Un beso, y nos vemos en la próxima.
ay rocio, se me pusieron los pelos de punta, eres increible, luchadora y .... te conoci un poco mas en La Palma y la verdad tengo que decir, Cesar tienes a una gran mujer y amiga al lado tuyo.besos muy fuertes y a por la proxima carrera, alli nos veremos.
Me ha gustado mucho estas palabras. Escribes muy bien, a ver si te leemos más en el futuro ;)
Estoy contigo en lo de la carrera interior e incluso, a mi me sirve de meditación, una forma de poner en equilibro el cuerpo y la mente. Quizás escriba algo de esto en mi blog.
Saludos!
Está claro que si luchas por algo, algo consigues, y TU seguro que estás recogiendo los frutos que estas sembrando. muchos besos
Gloria
Estupendo Rocío, estupendo.
La sensación de plenitud tras completar un reto que parecía imposible. Eso es lo mas grande.
Rocío, que gusto da sentirte tan llena de vitalidad! Aunque no corro (quizás algún día la venganza me ponga en marcha) se a que te enfrentas cada día y me doy cuenta de todo lo que reciclas en cada carrera...has dado con tu alquimia de la vida y me alegro por ti de todo corazón! Un besazo. Isa
Gracias por la cronica (muy bonita). Te dejo este video de motivacion que me encanta.
http://www.youtube.com/watch?v=dflqWoRbbjk
GUAPA, GUAPA Y GUAPA... te dirían algunas mujeres que que ambas conocemos. Guapa por fuera...y... más bella por dentro. Gracias porque para las mujeres de la casita eres un regalo, una vigía de la vida, desde las atalayas y desde los llanos. Besotes. Merche. Felicidades.(ah porfaaaaaa, sigue escribiendo)
Lo primero, gracias por compartir, ya sabes que cada día que te veo, te llamo campeona, por las caareras, pero más por la "carrera de la vida" y las manos que estás echachado a tantas personas, para que tambien llegue a sus metas que no son otras, que vivir en un lugar donde se les respeten sus derechos. Es una suerte compartir contigo cada jueves. Un beso y que te quiero mucho, Tersi
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