Con el amigo Víctor llegando a Izaña. Foto de la página de los bichillos.
Intentar narrar un día como este es prácticamente misión imposible, son tantas las experiencias, las conversaciones, las compañías, los silencios, los ratos de sufrimiento y de agonía, la gente que se conoce, que intentar cerrar una crónica es muy difícil, siempre se te olvida algún momento, alguna persona..., pero bueno, ahí va:
La Cruza no empieza a las seis de la mañana, empieza a las doce de la noche cuando intentas dormir y los nervios no te dejan, sigue a la una y media, cuando te despiertas y ves que no puedes dormir más, cuando a las dos y pico te levantas harto de dar vueltas en la cama y te pones a vestirte y preparar los bártulos. Intentas desayunar a las tres y media de la madrugada y te preguntas ¿qué coño hago yo a estas horas delante de un tazón de leche con muesli?
A las cuatro había quedado con Suso, David y ¿Jesús? para bajar juntos hasta el Centro Comercial de las Pirámides desde donde salía la guagua de la organización, allí pasamos el control de firmas y a saludar a la gente. En la guagua hasta la salida, charlas, intentos de dormir y sobre todo mucha preocupación ya que está lloviendo en toda la zona norte de la isla, luego la cosa mejoró y el tiempo nos acompañó.
Ya en Güimar, nada más bajar de la guagua nos encontramos con Javi (carrerón), Agustín (qué pena lo del cuádriceps), Carlos (Javi tiene el relevo asegurado), Jose (como tiraba en la subida), el otro jose (lesionado, estaba para hacer un tiempazo). El tiempo hasta la hora de salida se fue entre conversaciones, saludos, visitas a la playa y demás.
Con algo de retraso, unos diez minutos, se dio la salida. Este año salíamos una hora antes, a las seis de la mañana. Espectacular la serpiente de luces rojas hacia delante y blancas por detrás, al trotecillo por la avenida voy entrando en calentamiento hasta la pista que sube por los invernaderos, la gente que ha salido muy fuerte aquí se empieza a dejar adelantar y en el camino real ya cada uno va más o menos en su sitio. Coincido aquí con Eugenia, cuenta sus participaciones en la Cruza por triunfos, buena gente y no veas como sabe sufrir.
Ya en la pista asfaltada coincido con Carlos y Jose, en su compañía haría buena parte de la subida hasta Izaña, Jose iba muy bien y con el ritmo que marcaba dejó algo descolgado a Carlos, poco después de salir del pinar también yo me fui descolgando. Me empezó un ligero dolor de cabeza, creo que pudo ser por la altura, por una vez usé la cabeza, bajé algo el ritmo y a sufrir hasta el avituallamiento. Aquí el amigo Jose Marrero me recogió los bastones, gracias otra vez desde aquí, era la primera vez que usaba los bastones y no sabía si hacía bien, al final creo que fue un acierto.
Carlos apenas paró en el avituallamiento y me pasó, yo comí y bebí bien, bajé un poco las pulsaciones y enseguida salí de nuevo por la carretera en busca del avituallamiento del Portillo.
LLevaba a la vista a Carlos y a Eugenia pero no conseguía acercarme a ellos, ya iba pensando que me tocaría hacer todo lo que me quedaba de carrera sólo, como siempre. Decidí olvidarme de todo y reservarme para la bajada, así que al tran tran llegué al Portillo. De nuevo comí y bebí bien, Jose Marrero incluso me llenó mientras tanto el camel, te debo otra. Seguía con el dolor de cabeza, me acordé de que llevaba una aspirina y me la tomé. Entre eso y que empezaba la larga bajada me empecé a sentir mejor, sobre todo imagino que sería la pérdida de altura.
En la choza de entrada a la pista perdí unos minutillos en ponerme algo de música para afrontar este largo tramo y que psicológicamente no se me hiciera tan largo mas aún al ir solo como en ediciones anteriores. Pero he aquí que me alcanzó el amigo Víctor, y doy gracias por ello, llevaba un ritmo majete y me pegué a él como una lapa, gracias a su conversación y su compañía llegamos al avituallamiento de El Lagar. Coincidimos de nuevo con Carlos, el salió enseguida y nosotros hicimos una recuperación un poco más larga, comimos y bebimos y salimos de nuevo juntos.
Después de las tres experiencias anteriores con el tramo que va desde el Lagar hasta La Montañeta, salí con todas las reservas del mundo, trotando cuando el terreno se hacía favorable y caminando cuando se empinaba un poco. Así íbamos Víctor y yo hasta que alcanzamos a Carlos, seguimos igual, qué bueno tener compañía para hacer esta pista. Fui quitándome el respeto al tramito y los compañeros llegó un momento en me dijeron que tirara si me veía con fuerzas y así lo hice, creía que podría bajar de nueve horas y cambié de ritmo. Empecé a adelantar gente y llegó un momento en que la pista empezó a picar para abajo y decidí ya dar lo que me quedaba.
Por primera vez en las cuatro ediciones de esta carrera estaba disfrutando del tramo de bajada, coincidí con Ito en el avituallamiento del Lagar, medio plátano y unos sorbos de Red Bull y a por el asfalto. A todo lo que podía bajé por esos ocho kms. machacadores, había gente que estaba bajando bastante mal, algunos de espaldas, haciendo eses, cogeando ostensiblemente..., así hasta llegar al tramo de sendero, última mirada al crónometro, todavía creo que es posible bajar de las nueve horas. Este sendero es terrible, las piedras te retuercen los tobillos y te hacen tropezar una y otra vez; varias veces estuve a punto de besar el suelo. LLegando a las primeras casas me doy cuenta de que ya no será posible ver el 8 en el cronómetro pero ya no bajo el ritmo y me preparo para disfrutar de mi entrada en meta. ¡¡Hecho!!, 9h 02min. 34seg, otra pequeña mordida al cronómetro no tran grande como esperaba pero muy contento de por fin haber terminado una Cruza pudiendo decir que la he disfrutado.
Después de colgarme la medalla finisher, la enhorabuena de Basilio (gracias) y a interesarme por los demás compañeros, Suso, como siempre impresionante 2º de la general detrás de un venezolano invitado por la organización (Yanis Povea) el cual hizo nuevo récord de la prueba 6:20:52. Toño Calzadilla, tercer puesto de la general y primero M50 con un parcial en la bajada de poco más de tres horas, IMPRESIONANTE. Javi Villalba, un seguro, siempre en el top ten. Agustín Linares en la misma línea, aunque esta vez se vio obligado a retirarse por lesión. Santi Díaz en el TOP 20, lo vi finísimo en la salida. Y no sigo con todos los demás porque esto se alargaría mucho.
La Cruza no empieza a las seis de la mañana, empieza a las doce de la noche cuando intentas dormir y los nervios no te dejan, sigue a la una y media, cuando te despiertas y ves que no puedes dormir más, cuando a las dos y pico te levantas harto de dar vueltas en la cama y te pones a vestirte y preparar los bártulos. Intentas desayunar a las tres y media de la madrugada y te preguntas ¿qué coño hago yo a estas horas delante de un tazón de leche con muesli?
A las cuatro había quedado con Suso, David y ¿Jesús? para bajar juntos hasta el Centro Comercial de las Pirámides desde donde salía la guagua de la organización, allí pasamos el control de firmas y a saludar a la gente. En la guagua hasta la salida, charlas, intentos de dormir y sobre todo mucha preocupación ya que está lloviendo en toda la zona norte de la isla, luego la cosa mejoró y el tiempo nos acompañó.
Ya en Güimar, nada más bajar de la guagua nos encontramos con Javi (carrerón), Agustín (qué pena lo del cuádriceps), Carlos (Javi tiene el relevo asegurado), Jose (como tiraba en la subida), el otro jose (lesionado, estaba para hacer un tiempazo). El tiempo hasta la hora de salida se fue entre conversaciones, saludos, visitas a la playa y demás.
Con algo de retraso, unos diez minutos, se dio la salida. Este año salíamos una hora antes, a las seis de la mañana. Espectacular la serpiente de luces rojas hacia delante y blancas por detrás, al trotecillo por la avenida voy entrando en calentamiento hasta la pista que sube por los invernaderos, la gente que ha salido muy fuerte aquí se empieza a dejar adelantar y en el camino real ya cada uno va más o menos en su sitio. Coincido aquí con Eugenia, cuenta sus participaciones en la Cruza por triunfos, buena gente y no veas como sabe sufrir.
Ya en la pista asfaltada coincido con Carlos y Jose, en su compañía haría buena parte de la subida hasta Izaña, Jose iba muy bien y con el ritmo que marcaba dejó algo descolgado a Carlos, poco después de salir del pinar también yo me fui descolgando. Me empezó un ligero dolor de cabeza, creo que pudo ser por la altura, por una vez usé la cabeza, bajé algo el ritmo y a sufrir hasta el avituallamiento. Aquí el amigo Jose Marrero me recogió los bastones, gracias otra vez desde aquí, era la primera vez que usaba los bastones y no sabía si hacía bien, al final creo que fue un acierto.
Carlos apenas paró en el avituallamiento y me pasó, yo comí y bebí bien, bajé un poco las pulsaciones y enseguida salí de nuevo por la carretera en busca del avituallamiento del Portillo.
LLevaba a la vista a Carlos y a Eugenia pero no conseguía acercarme a ellos, ya iba pensando que me tocaría hacer todo lo que me quedaba de carrera sólo, como siempre. Decidí olvidarme de todo y reservarme para la bajada, así que al tran tran llegué al Portillo. De nuevo comí y bebí bien, Jose Marrero incluso me llenó mientras tanto el camel, te debo otra. Seguía con el dolor de cabeza, me acordé de que llevaba una aspirina y me la tomé. Entre eso y que empezaba la larga bajada me empecé a sentir mejor, sobre todo imagino que sería la pérdida de altura.
En la choza de entrada a la pista perdí unos minutillos en ponerme algo de música para afrontar este largo tramo y que psicológicamente no se me hiciera tan largo mas aún al ir solo como en ediciones anteriores. Pero he aquí que me alcanzó el amigo Víctor, y doy gracias por ello, llevaba un ritmo majete y me pegué a él como una lapa, gracias a su conversación y su compañía llegamos al avituallamiento de El Lagar. Coincidimos de nuevo con Carlos, el salió enseguida y nosotros hicimos una recuperación un poco más larga, comimos y bebimos y salimos de nuevo juntos.
Después de las tres experiencias anteriores con el tramo que va desde el Lagar hasta La Montañeta, salí con todas las reservas del mundo, trotando cuando el terreno se hacía favorable y caminando cuando se empinaba un poco. Así íbamos Víctor y yo hasta que alcanzamos a Carlos, seguimos igual, qué bueno tener compañía para hacer esta pista. Fui quitándome el respeto al tramito y los compañeros llegó un momento en me dijeron que tirara si me veía con fuerzas y así lo hice, creía que podría bajar de nueve horas y cambié de ritmo. Empecé a adelantar gente y llegó un momento en que la pista empezó a picar para abajo y decidí ya dar lo que me quedaba.
Por primera vez en las cuatro ediciones de esta carrera estaba disfrutando del tramo de bajada, coincidí con Ito en el avituallamiento del Lagar, medio plátano y unos sorbos de Red Bull y a por el asfalto. A todo lo que podía bajé por esos ocho kms. machacadores, había gente que estaba bajando bastante mal, algunos de espaldas, haciendo eses, cogeando ostensiblemente..., así hasta llegar al tramo de sendero, última mirada al crónometro, todavía creo que es posible bajar de las nueve horas. Este sendero es terrible, las piedras te retuercen los tobillos y te hacen tropezar una y otra vez; varias veces estuve a punto de besar el suelo. LLegando a las primeras casas me doy cuenta de que ya no será posible ver el 8 en el cronómetro pero ya no bajo el ritmo y me preparo para disfrutar de mi entrada en meta. ¡¡Hecho!!, 9h 02min. 34seg, otra pequeña mordida al cronómetro no tran grande como esperaba pero muy contento de por fin haber terminado una Cruza pudiendo decir que la he disfrutado.
Después de colgarme la medalla finisher, la enhorabuena de Basilio (gracias) y a interesarme por los demás compañeros, Suso, como siempre impresionante 2º de la general detrás de un venezolano invitado por la organización (Yanis Povea) el cual hizo nuevo récord de la prueba 6:20:52. Toño Calzadilla, tercer puesto de la general y primero M50 con un parcial en la bajada de poco más de tres horas, IMPRESIONANTE. Javi Villalba, un seguro, siempre en el top ten. Agustín Linares en la misma línea, aunque esta vez se vio obligado a retirarse por lesión. Santi Díaz en el TOP 20, lo vi finísimo en la salida. Y no sigo con todos los demás porque esto se alargaría mucho.
Por supuesto, agradecer a la organización, voluntarios, al público que estaba por todo el recorrido y a todos los que de una forma u otra colaboran a hacer cada año a esta prueba el referente en la isla en las carreras de montaña. GRACIAS.
2 comentarios:
Felicidades Emilio, buen trabajo.No cabe duda de que los 2 km de cruza, es una verdadera cruzada de esfuerzo, valor, tenacidad y hay que tener la mente y el cuerpo bien amueblado. Yo aún no los tengo del todo. Por eso fui a por la de 40. Espero más adelante estar a la altura. Felicidades.
Pregunté por ti a Santi. Tranquilo, tú sabes que estás a la altura y de sobra. Lo que pasa es que hay momentos y momentos, lo importante es "estar". Nos vemos en la próxima.
Saludos.
Publicar un comentario