Objetivo cumplido.

Cortesía de Víctor el de Malagón (www.arinaga.net)

Vamos a ver como puedo contaros esta jornada y que podáis más o menos captar todo lo que se siente. Los que ya lo habéis participado en algo así seguro que os sentiréis identificados, para los que no, simplemente entrenad y apuntaros a la próxima que podáis. No os vais a arrepentir.

Bueno, dos despertadores puestos para que las 5:00 a.m. no fuera que fallara alguno :-D,
de todas formas los apagué antes de que sonaran porque me desperté un poco antes :-D.
Reviso la mochila por si se me olvida algo, me visto con calma, vuelvo a revisar la mochila, desayuno, le echo otro ojo a la mochila, despierto a Mari –cariño ¿estás despierta? voy a revisar la mochila. Intento visitar al Sr. Roca, no puedo, voy a echarle un vistazo a la mochila por si acaso. ¿Se nota que estoy algo nervioso?

Creo que llegué a Güimar sobre las 6:30 a.m., curiosamente, cuando observé a la gente ya preparada con sus mochilas, chalecos, etc. y me mezclé con todos esos “locos” empecé a relajarme un poco. Acompañado por Mari fui a recoger el dorsal, después de tanta revisión me había olvidado el D.N.I pero no hubo problema. Al llegar al control me preguntan:

-¿Tú eres Emilio el del foro?
-¿Sí, soy yo?
-¿Por aquí han estado preguntando por ti?
Risas y guiños cómplices, ¿quién habrá sido?… Imagino que Víctor y Crist.

Pasado el control y dejada la mochila que la organización llevaría hasta El Portillo, intento localizar a Crist y Víctor pero no hay forma, cuando me estaba poniendo el dorsal oigo un grito al viento ¡¡¡¡¡Emiliooooooo!!!!!; son ellos, los jodidos no pasan desapercibidos :-D, nos saludamos, sacan una fotillo y a seguir con los preparativos.

La organización nos da unas instrucciones previas y nos informan de un cambio en el recorrido por obras en la pista de Sventenius, habrá que hacer cuatro kms. más con otros doscientos metros de desnivel. Total, de perdidos al río. Nos vamos para la salida y ¡hala!, los primeros salen disparados como alma que lleva el diablo, pero chavales, que quedan 76 kms…8-).

Vamos trotando por asfalto hasta que pasamos por de bajo de la autopista, aquí ya hay algo de desnivel y la gente, según sus estrategias, empieza a caminar, a sacar los bastones, etc. Mi planteamiento es correr mientras el desnivel no sea excesivo, así voy pasando gente hasta que empieza la verdadera subida en el Camino Real, voy recuperando terreno hasta que llego a un grupito de militares, no puedo adelantarles y me quedo detrás hasta que el terreno lo permita.

Hay un cámara de la organización que nos va tomando planos a todos los participantes, -nos vemos en Garachico- nos decía, yo me reía y para mis adentros le contestaba –eso espero…-

Estuve prácticamente todo el ascenso adelantando gente, con algunos hacía la goma, los pasaba, me pasaban ellos, así hasta que los perdía de vista. La verdad es que me encontraba muy bien en la subida, los entrenamientos de cuestas parece que surtieron sus efectos. Subí muy bien y ni rastro de cansancio ni pesadez de piernas ni nada; en cuanto el terreno lo permitía trotaba sin dificultad por sitios en los que el año pasado me hacía cruces y me preguntaba como coño subía la gente por allí.

Cuando me fui a dar cuenta ya estaba saliendo del pinar y la altura se notaba en el aire que entraba en nuestros pulmones, en este punto ya se me hacía bastante difícil trotar y tuve que conformarme con caminar a buen ritmo.

La llegada al avituallamiento de Izaña fue espectacular, los voluntarios se volcaban con nosotros, agua, isotónicos, fruta, barritas, nos quitaban la basura de las manos para que no tuviéramos que hacer ningún esfuerzo, …impresionante. Vaya desde aquí mi reconocimiento para toda la gente de la organización, han puesto el nivel muy alto para el año que viene.

Aquí paré unos cinco minutos, comí, estiré algo, me puse el chaleco reflectante y cogí la carretera con dirección al Portillo, es un tramo muy bonito ya que vamos todo el tiempo acompañados por la figura del Teide, la pena es que Medio Ambiente no nos deje atravesar por algún sendero y haya que ir por asfalto. Se nota el esfuerzo de correr a esa altura, unos 2.300 mts., de todas formas no paré de correr más que unos metros y me encontraba sorprendido de ir tan bien después de la subida que habíamos hecho.

En nada estaba de nuevo en otro avituallamiento, el del Portillo, es más o menos el ecuador de la prueba; aquí otra vez la organización fantástica, muy atentos con todos los corredores. Me llegaron al alma los trozos de melón fresquito, nunca me habían sentado tan bien :-D. En este avituallamiento estuve un poco más, estiré bien, cargué de isotónico el camel, cogí el mp3 que tenía en la otra mochila, comí bien. Salí del avituallamiento agradecido por el trato, pasé por la alfombrilla de control del chip y a tomarme con calma la bajada.

Aquí me empecé a dar cuenta de algo que no había advertido nunca, que bajo fatal. En este tramo pensaba reservar energías para después del Lagar apretar e intentar recuperar algunos puestos, pero es que me pasaba la gente a toda hostia. De todas formas, aquí había un cambio en el rutómetro original que nos metía por el sendero que sube de Chanajiga a la Choza Sventenius. Este cambio nos pilló a todos de desprevenidos y por lo que pude comprobar luego, agotó las pilas de más de uno. A mí particularmente me gustó este cambio, pasamos por un sendero muy bonito y rompimos la monotonía de la pista. También me sirvió para comprobar que subo mejor que bajo y a todos los me habían adelantado en la bajada anterior pude darles caza en la subida.

Desde aquí hasta el Lagar una bajada larguíiiiiiiiisima, con niebla en algunos tramos y con una pista bastante cómoda en la que no paré de correr en ningún momento. Esta parte se me hizo bastante pesada porque iba muy sólo y parecía que el avituallamiento no llegaría nunca. Cuando por fin llegué al Lagar había un grupito bastante numeroso avituallándose, estiré algo, me comí una barrita de gofio y plátano pero noté que el estómago iba algo raro, no me entraba ya el alimento y tenía que beber muy poco a poco porque me producía náuseas. Aún así salí de este avituallamiento haciendo un cambio de ritmo, decidí arriesgar para ver hasta donde me llegaban las pilas; sabía que venían quince kms. en teoría llanos pero que en realidad eran en ligera subida por lo menos los diez primeros kms. Bueno, arriesgué y perdí, aunque recuperé algunos puestos se me acabó la “gasolina” faltando unos cuatro kms. para llegar a la carretera
A partir de aquí tocaba sufrir, me arrastré como pude hasta la carretera intentando no perder demasiado. En el último avituallamiento no comí ni bebí nada, el estómago ya no me lo permitía y además me adelantaron un par de participantes o tres. Aquí cada zancada en el asfalto la sentía en todo el cuerpo y sólo tenía ganas de llegar a meta. El móvil me cogió cobertura y Mari me avisó de que estaba en meta esperándome con mis hijos y mi sobrino; me animé un poco pero hablando por el móvil me confundí y cogí por una calle equivocada, tuve que volver a subir unos cientos de metros para coger otra vez el camino correcto y afrontar el último tramo por el sendero.

Bajar por este sendero no lo puedo describir, hay que hacerlo para sentirlo, después de setenta kms. notaba cada piedra en la planta de los pies, pero bueno, todo pasa y los últimos metros hasta meta disfrutando, me emocioné al llegar y ver a la familia esperándome. Al final puesto 36 de la general, 25 en mi categoría y un tiempo de 10h:10’16”, casi una hora y media menos que el año pasado y con cuatro kms. más de recorrido.

Me he quedado muy contento con el resultado y con la progresión que he tenido en un año. También felicitar a la organización por el trato prestado a los corredores con un mimo exquisito en todos los avituallamientos.

Como siempre, lo mejor de estos eventos ha sido poder conocer a gente que comparte la afición por estas “locuras” y bueno también a algún que otro lector que visita este blog desde “las sombras” ;-).