Otro año más he participado en este magnífico cross que según la organización es el más antiguo de Canarias y que ha llegado a su 30ª edición.
Había inscrito a mis hijos y a un sobrino por lo que me levanté muy temprano para empezar con todo el jaleo, levantarlos, desayunos, vestirlos, etc…; pero, sorpresa, cuando miré por la ventana el día tenía muy mala pinta, había estado lloviendo toda la noche y pintaba muy mal para el resto del día. Lo consulté con mi mujer y decidimos no arriesgarnos y que se quedaran en casa; mala opción, luego durante la mañana no llovió e incluso salió el sol.
Al final salí sólo de casa y me puse en meta para ver llegar a los pequeñajos. En la primera carrera, como todos los años participaban incluso bebés, muchos apenas sabían caminar, otros iban en los brazos de sus padres, otros tenían los dorsales en los carritos, el ambiente era impresionante. En la meta había un auténtico caos ya que el sistema de registro de dorsales es por código de barras y claro, al pasar por el embudo se formaba un tapón impresionante.
Viendo llegar a los pequeños se pasó el tiempo muy rápido y cuando me quise dar cuenta me tuve que ir a calentar porque se me había echado el tiempo encima. Un trotecillo, unos estiramientos, unas rectas y para la salida que ya están llamando. Aquí le hicieron un pequeño homenaje al grupo tinerfeño que estuvo en el Maratón des Sables y como no, al invitado de honor, Fabián Roncero, a la postre ganador del cross con 29:03.
3, 2, 1…SALIDA, estábamos todos un poco apretujados, pero en unos cientos de metros de callejeo ya se podía ir con comodidad. Yo como siempre, salgo muy lento, sin dejarme llevar por nadie y a mi ritmo, hacemos la bajada de La Marquesa, alargando un poco la zancada pero sin demasiadas alegrías que esta cuesta luego hay que hacerla subiendo y no veas como se sufre. Dudé si pegarme a algún grupo pero decidí seguir sólo y esperar a la mitad para cambiar de ritmo, por aquí todavía íbamos algunos charlando y haciendo bromas. Llegamos a Las Candias, aquí saludo a mi suegro y ya voy a ritmo, cómodo, pero ritmo al fin y al cabo. Así voy hasta que llegando al antiguo campo de fútbol de La Montaña me cruzo con los primeros que ya venían de vuelta, como siempre les damos ánimos y afrontamos la subida justo hasta la mitad del recorrido; marco el tiempo y sorpresa, un minuto menos que el año pasado. Bueno, aunque la segunda parte del recorrido es más dura creo que puedo mejorar marca.
Me concentro un poco y para delante. He de decir que en la mitad del recorrido dan la salida a los juveniles y las féminas que hacen 5 kms., por lo que ahora tendremos que ir adelantando gente de nuevo todo el tiempo. De vuelta en el campo de fútbol adelanto a un amigo bombero, me pregunta si voy bien y le comento que ahora empiezo a tirar un poco, se engancha conmigo y hacemos un kilómetro y medio juntos, va muy forzado y poco a poco se va quedando, dudo si acompañarlo pero es que quiero bajar el tiempo del año pasado.
Ya han pasado todos los toboganes y enfilo la última subida, la de La Marquesa, siempre viene muy bien llegar con fuerzas a esta parte, mucha gente la sube caminando, se paran, vuelven a arrancar. Como siempre, adelanto a mucha gente; muchos atletas que no participan deciden ver la carrera en este punto porque saben de su dureza. Corono y todavía quedan ochocientos metros hasta meta, como veo que he reservado demasiado sigo cambiando de ritmo para dejarme las últimas fuerzas, todavía paso a algunos corredores más, un último esfuerzo en una tachuela de unos treinta metros y de nuevo callejeando a todo lo que dan las piernas. La entrada en meta siempre es impresionante, está abarrotada de gente y te dejas las últimas fuerzas. Pico el crono y no me lo creo, 38’40”, he rebajado otro minutillo más la marca.
Entrada a la zona de “boxes”, nos dan un aquarius que sabe a gloria, estiro un poco y a esperar por las clasificaciones, este año han coincidido mi reloj y el de la organización.
Espero que el próximo año se pueda bajar otro minuto, ¿se convertirá en una costumbre?
Había inscrito a mis hijos y a un sobrino por lo que me levanté muy temprano para empezar con todo el jaleo, levantarlos, desayunos, vestirlos, etc…; pero, sorpresa, cuando miré por la ventana el día tenía muy mala pinta, había estado lloviendo toda la noche y pintaba muy mal para el resto del día. Lo consulté con mi mujer y decidimos no arriesgarnos y que se quedaran en casa; mala opción, luego durante la mañana no llovió e incluso salió el sol.
Al final salí sólo de casa y me puse en meta para ver llegar a los pequeñajos. En la primera carrera, como todos los años participaban incluso bebés, muchos apenas sabían caminar, otros iban en los brazos de sus padres, otros tenían los dorsales en los carritos, el ambiente era impresionante. En la meta había un auténtico caos ya que el sistema de registro de dorsales es por código de barras y claro, al pasar por el embudo se formaba un tapón impresionante.
Viendo llegar a los pequeños se pasó el tiempo muy rápido y cuando me quise dar cuenta me tuve que ir a calentar porque se me había echado el tiempo encima. Un trotecillo, unos estiramientos, unas rectas y para la salida que ya están llamando. Aquí le hicieron un pequeño homenaje al grupo tinerfeño que estuvo en el Maratón des Sables y como no, al invitado de honor, Fabián Roncero, a la postre ganador del cross con 29:03.
3, 2, 1…SALIDA, estábamos todos un poco apretujados, pero en unos cientos de metros de callejeo ya se podía ir con comodidad. Yo como siempre, salgo muy lento, sin dejarme llevar por nadie y a mi ritmo, hacemos la bajada de La Marquesa, alargando un poco la zancada pero sin demasiadas alegrías que esta cuesta luego hay que hacerla subiendo y no veas como se sufre. Dudé si pegarme a algún grupo pero decidí seguir sólo y esperar a la mitad para cambiar de ritmo, por aquí todavía íbamos algunos charlando y haciendo bromas. Llegamos a Las Candias, aquí saludo a mi suegro y ya voy a ritmo, cómodo, pero ritmo al fin y al cabo. Así voy hasta que llegando al antiguo campo de fútbol de La Montaña me cruzo con los primeros que ya venían de vuelta, como siempre les damos ánimos y afrontamos la subida justo hasta la mitad del recorrido; marco el tiempo y sorpresa, un minuto menos que el año pasado. Bueno, aunque la segunda parte del recorrido es más dura creo que puedo mejorar marca.
Me concentro un poco y para delante. He de decir que en la mitad del recorrido dan la salida a los juveniles y las féminas que hacen 5 kms., por lo que ahora tendremos que ir adelantando gente de nuevo todo el tiempo. De vuelta en el campo de fútbol adelanto a un amigo bombero, me pregunta si voy bien y le comento que ahora empiezo a tirar un poco, se engancha conmigo y hacemos un kilómetro y medio juntos, va muy forzado y poco a poco se va quedando, dudo si acompañarlo pero es que quiero bajar el tiempo del año pasado.
Ya han pasado todos los toboganes y enfilo la última subida, la de La Marquesa, siempre viene muy bien llegar con fuerzas a esta parte, mucha gente la sube caminando, se paran, vuelven a arrancar. Como siempre, adelanto a mucha gente; muchos atletas que no participan deciden ver la carrera en este punto porque saben de su dureza. Corono y todavía quedan ochocientos metros hasta meta, como veo que he reservado demasiado sigo cambiando de ritmo para dejarme las últimas fuerzas, todavía paso a algunos corredores más, un último esfuerzo en una tachuela de unos treinta metros y de nuevo callejeando a todo lo que dan las piernas. La entrada en meta siempre es impresionante, está abarrotada de gente y te dejas las últimas fuerzas. Pico el crono y no me lo creo, 38’40”, he rebajado otro minutillo más la marca.
Entrada a la zona de “boxes”, nos dan un aquarius que sabe a gloria, estiro un poco y a esperar por las clasificaciones, este año han coincidido mi reloj y el de la organización.
Espero que el próximo año se pueda bajar otro minuto, ¿se convertirá en una costumbre?
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