Ultramaraton del meridiano 2013. POR NARICES.

08 mayo, 2013


         Que tendrá El Hierro que tanto nos atrae, serán sus paisajes?, la amabilidad de los herreños?, o quizás las piñas? (que ricas). Simplemente tiene algo que todos los años mi familia y un servidor acudimos conocedores que pasaremos un fin de semana diferente e inolvidable (y tanto).

         Bueno, pasemos de sentimentalismos y vamos al grano. Llegamos al Hierro por la tarde, tras unas horitas tranquilas en el barco, que nos pasamos hablando del nuevo y duro recorrido que nos espera.
Legamos a los apartamentos, ya nos conocen de otros años y muy amablemente nos brindan con lo que vendría a ser una suite de lujo, que bien, amplísimo, habitaciones para todo el mundo y baños, quien da más?.
Cuando ya estamos sentaditos y relajados, Vanessa y yo nos miramos, vale, vale... te entiendo, salgo corriendo por las escaleras, psss, psss, oiga doña...... nos podría dar el apartamento del año pasado? es más pequeño, la tele es de bolsillo, pero así lo tenemos todo controlado, sobre todo los menudos. ( mira que  uno es cabezota, han probado a dormir cuatro en una cama antes de una ultra?....puede que sea mi secreto.

Unos pocos locos
         Todavía es de noche, no ha amanecido, y allí estamos un puñado de locos dispuestos a afrontar 84 Km de lo más espectacular y variado que he tenido el placer de correr. Salida neutralizada por las calles de Frontera, nada que ver con la maratón del año pasado, vamos de paseo, vacilando, parece un entreno.
         La salida, sin palabras, Juanjo se adelanta con el jeep y nos toca la pita, toda una cortesía por su parte para no empolvarnos. Ahora que la recuerdo, sí, me emociono,  no todo tiene que ser estar una hora o más de pie, recibiendo empujones y meando en una botella, para escuchar una canción. (Antagónico, pero igual de flipante.)
         Empezamos con una subida dura hacia el mirador de Jinama, vamos tranquilos unos metros hasta que Miguel Heras se pone delante, adiós, nos vemos en la meta. Más o menos cada uno se va colocando en su sitio. Menos yo, miro a mi alrededor, que coño hago yo aquí, a mi lado Nerea Martínez, Ángel Yuste, Chelis, Alexis Munuera, Darío Dorta, y algún galgo más. No sé si pedirles un autógrafo ahora que están cerca. Vamos llegando a la cima, todavía hay algún chiste que otro. 
         Tramo en llano muy bonito, verde y vemos alguna vaca suelta. Formamos un grupo, Fran Godoy, Ángel, Jorge Armas y yo. Buenos Kms a ritmo alegre y muy buena compañía. Viene alguien en dirección contraria  con una bicicleta de montaña, grabando con una cámara en el casco, ¿quién es el colgado este?, no jodas, es Juanjo. No solo ha creado esta carrera con sus propias manos (verídico), sino que la sigue desde dentro al 100%.
Un día espectacular. 
Km 15 aproximadamente, momento más importante de la carrera, y a la postre motivo de esta crónica. Vamos rodando rápido, sendero, amplio, en bajada casi llano, alguna raíz suelta, piiiiiiiii, suena el reloj, voy a mirar lo rápido que hice este Km, (a lo maquinilla....que capullo). Me mando el OSTION de mi vida, me tropiezo con una raíz y salgo propulsado cual proyectil, no sé cómo ni porque con las manos hacia tras, impactando de lleno con toda mi cara contra el suelo blando y aterciopelado, noto como si el tiempo se parara, el cerebro me retumba dentro del cráneo, y al contrario que en mi época de futbolista, que me rozaban y me retorcía en el suelo cual gusano, me levanto de golpe, conmocionado y sangrando como un cochino. Miro las caras de mis compañeros, ufffff, se regañan al mirarme, joderrrrr, me acojono. Aparece mi ANGEL de la guarda (no de la Guardia, no me piensen mal). Asustado le pregunto: está todo en su sitio!!!!. Parece que si, pero tienes unas brechas algo feas..... mi cabezaaaa. Me da un ibuprofeno, que no dudo en devorar y me ayuda a cortar la hemorragia apretando las heridas y colocándome el buff tapando las  mismas. Llegamos a Valverde, una señora me intenta llevar al hospital, la verdad que debo dar miedo. Por fin llego a una ambulancia de la cruz roja, allí me limpian y me curan las heridas. Me adelantan bastantes corredores, en ese momento era lo único que me importaba.
         Rumbo a Tamaduste, tengo que bajar por dentro de un cono volcánico y descender un acantilado agarrándome a una cuerda, no son muchos metros, pero para mí que vengo un poco mareado me da la sensación de estar ante un salto al vacío. Me quedo clavado y no puedo ni agarrar la cuerda, me tiemblan las  piernas, finalmente bajo agarrado como un gato (me raspo la barriga, los muslos, el cachete). Descenso impresionante esquiando, con su posterior parada a vaciar los tenis de piedras.
Me tuvo unas horas jodido.
         Tamaduste, paseo por la costa con millones de rocas volcánica, aquí lo paso fatal, no avanzo nada, me adelantan los caracoles cojos y para colmo me resulta casi imposible seguir las balizas. El calor empieza a hacer estragos, estoy desanimado al máximo, pienso que la cosa no puede ir a peor, miro hacia arriba y veo una pared vertical, que desgraciadamente posee en sus entrañas a varios corredores (escaladores). Que situación, sangrando, mareado y desanimado, solo me queda una opción........RING RING, comodín de la llamada. Los míos esperan en el mirador de Jinama, les informo que llego y me retiro, que no se asusten, porque estoy hecho un cuadro todo manchado de sangre y lleno de parches.

         Hasta Jinama todo subida y de la buena, quiero llegar a mi "meta" y descansar. Después de subir de cuatro patas desde la costa, toca seguir subiendo y casualmente voy adelantando a muchos corredores.   Avituallamiento de Valverde, ya me conocen, soy el que se "partió la cara", las noticias vuelan, incluso en Jinama le comentan a mi mujer que hay un corredor que se calló, ella muy orgullosa (lo que me faltaba), les dice que soy yo y que estoy bien. Me falta poco para llegar a Jinama y voy con ritmo, total cuando llegue me retiro y listo. Miro hacia arriba y allí los veo, asoma mi familia, quiero caminar, pero el corazón no me deja, quiero abrazarlos y descansar cuanto antes.
Cuidado conmigo, que te meto..
         Llego dispuesto a recibir todos los mimitos del mundo, estas hecho un cristo,  me dice mi mujer, te duele mucho, la verdad que no, y me suelta uno de esos comentarios que permanecen grabados en la memoria. Como vas de piernas me dice, creo que bien...... PUES TIRA PARRIBA YA!!!!!. Punto de inflexión, recargo con lo que tengo en la mochila que la organización permitía en Jinama, solo puse una barrita y un gel (que triste, ni camisa de repuesto, ni tenis), pero si recargo algo que los demás no tenían, no pesa nada y no se puede llevar en la mochila (es legal, ehhh), mi dopping secreto, algunos lo han vivido en sus propias carnes (verdad Emilio). Como nuevo salgo como una moto, junto a mi ultra compañero Ángel, con el que realizo muchísimos Kms.
Aquí está la clave.
         Bajando hacia la ermita de Los Reyes, nos envuelve la niebla, se crea un ambiente especial  y cuando me doy cuanta estoy solo otra vez, pero sorprendentemente esta vez soy yo el que ha puesto la directa hacia meta.      Llego al avituallamiento, este año no está como los otros, la niebla, el frio y el viento, hacen que allí solo este la organización, no hay ni dios, nadie anima, los mío tampoco han venido. Me surca un sentimiento de preocupación y tristeza (mi mujer se metió por una pista y con la niebla que se encontró decidió seguir hacia sabinosa). Sigo con un ritmo constante, sorpresa, me encuentro con Nerea, esta acalambrada, ya la están ayudando, les pregunto si necesitan algo y sigo hacia Sabinosa.
         Llego a Sabinosa y se me quitan las preocupaciones, allí están otra vez fieles a su cita (seguir la carrera, eso si que es una ultra). Me encuentro con Darío, saludo y hasta luego, que tengo la leche al fuego, y así fue como subí, después de tantos Kms subo Sabinosa como si fuera un Km vertical.
         La parte final de la carrera la conozco de otras ediciones y me encanta. Paso al gran Samuel Arroyo y un poco más adelante a Jose Luis Rodríguez Ortoll, otro de los grandes. Ya simplemente me queda bajar a Frontera. Está empezando a anochecer, pero no necesito el frontal, la megafonía me guía hacia la meta.
         Veo el arco, pelos de punta, ahí están mis hijos y mi mujer,  mi ENERGIA, Valeria y Álvaro me dan la mano y lleno de emoción miro al cielo (gracias abuelita)  y cruzamos la meta.............. POR NARICES.
Que emoción
         Después de reponer y pasar por la cruz roja otra vez, voy a mirar la clasificación, 9º de la general y 4º de mi categoría, estoy contentísimo, no suelo pasearme por esas zonas, ufffff, que cerca de mi primer pódium.     Finalmente mi hijo me consuela, (él, que tiene que ser el primero en todo, que si no llora), me dice lo mismo que estoy cansado de decirle yo: tranquilo papa, no siempre tienes que ganar, 4º está muy bien, adelantaste a muchos corredores.
Que limpito.
         Después de llegar a Tenerife, no me queda otra que pasar por el quirófano para arreglarme la nariz a lo Belén Esteban. Mis conocidos creen que estoy loco (lo que no saben es que lo estoy de verdad) que como pude correr casi toda la carrera con la nariz rota, yo les digo que no me podía perder el ULTRAMARATON DEL MERIDIANO.
 
Medio colocado todavia.

3 comentarios:

Emilio dijo...

Qué grande, Tini!!! Como bien dices, he sido testigo de tu recarga de energía "familiar", mejor que cualquier barrita, gel, redbull o potingue, jeje.. Con un equipo de animación así puedes conseguir cualquier reto que te propongas. Felicidades a ti y a los tuyos!!

Javi dijo...

Tini El Indestructible.

Coño, que se me olvido preguntarte el sábado. Cuidadin entonces en La Palma y no te lleves el GPS.

 
 
 

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