Pincha en las fotos de Mike King para verlas con mayor resolución, algunas son sencillamente impresionantes.
Antonov aterrizando junto a la Base Polar Barneo.
Aunque no es perceptible mientras los corredores avanzan la costra de hielo también se desplaza a la deriva.
Bajo los pies de los corredores se abren cuatro mil metros de abismo oceánico.
Base Polar Barneo desde el helicóptero.
El choque de las placas de hielo y el viento construyen curiosas formas.
Istvan Toth alcanza vencedor la meta a las tres de la madrugada.
El sudor es lo primero que se congela.
Hay 24 horas de luz en el casquete polar.
Fernando González encabezando la escapada.
Fernando González tras el ruso Dmitry Mamadaliev.
Grieta sobre el océano Glacial Artico. El GPS del helicóptero va en busca del Polo Norte Geográfico.
El asturiano Fernando González, del Club Avientu Centeno, se hace con el cuarto puesto del North Pole Marathon. Tras una azarosa aproximación a la banquisa polar la carrera transcurrió a 32 grados bajo cero sobre hielo flotante.
Fuente: Miguel Caselles / Fotos: Mike King
Finalmente el grupo de 27 corredores, procedentes de 13 países, que permanecía bloqueado en la Isla de Svalbard (Noruega), Círculo Polar Ártico, pudo volar a la base flotante rusa Barneo el 8 de abril. En el intento del día anterior el avión Antonov que transportaba a los maratonianos tuvo que dar la vuelta a medio camino debido a que una gran grieta partió la plancha de hielo donde debía aterrizar (dos metros de grosor). Bajo esa descomunal corteza de hielo que flota a la deriva alrededor del Polo Norte se abren cuatro mil metros de abismo oceánico. Durante toda la noche los ingenieros rusos trabajaron contrarreloj hasta dejar en condiciones de seguridad la costra de hielo flotante donde el Antonov finalmente pudo posarse sin contratiempos.
La Asociación de Exploradores Polares de Rusia se encarga de levantar cada año la Base Polar Barneo en las proximidades del Polo Norte Geográfico (Océano Glacial Ártico). Se compone de varias tiendas de campaña junto a una improvisada pista de aterrizaje, alisada con un par de tractores quitanieves. Para desplegar esa logística los técnicos rusos desplazan en helicópteros (llegan a relevos mediante depósitos de fuel en el océano helado) y aviones todo lo necesario desde Rusia y Longyearbyen (archipiélago noruego de Svalvard). Incluso son lanzados varios paracaidistas como avanzadilla para preparar la pista de aterrizaje al Antonov An-74, encargado de transportar y abastecer a las expediciones científicas y deportivas. Sin embargo la Base solo es mantenida en pie poco más de un mes debido al continuo e imprevisible movimiento de la costra de hielo flotante (en ocasiones varios kilómetros al día), el infierno climatológico y la absoluta noche polar bajo la que permanece este lugar la mitad del año.
Se da la circunstancia de que ‘príncipe Harry’ (Reino Unido), que participaba en una travesía polar, no pudo abandonar la base Barneo hasta que llegó el Antonov con los maratonianos. También se espera que visiten la Base en estos días varias leyendas vivas de la cosmonáutica soviética con motivo del 50 aniversario del vuelo espacial de Yuri Gagarin (primer astronauta de la Historia), entre ellas Valentina Tereshkova (primera mujer en el espacio) y Alexei Leonov (primer astronauta en dar un paseo espacial).
Nada más alcanzar la Base Polar Barneo los corredores recibieron las últimas instrucciones. Eran las diez de la noche del 8 de abril cuando daba comienzo la carrera de maratón con el sol a ras de horizonte (en esta época del año el sol no se oculta) y una temperatura de 32 grados bajo cero. Si bien traicioneras rachas de viento provocaban en tramos sensación térmica aun más baja. Imprescindible equipo especial contra el frío extremo para no helarse pero tampoco sofocarse. Además el firme estaba totalmente roto por placas de hielo superpuestas y montoneras de nieve granizada que convirtieron los 42 kilómetros en una intrincada “yincana”. Algunos corredores utilizaron ligeras raquetas de nieve para la mejor progresión sobre hielo y nieve frente a los habituados a carreras de montaña que simplemente corrieron con zapatillas impermeables.
Pronto cuatro atletas, Fernando González entre ellos, tomaron la cabeza hasta que el frío y la distancia fueron definiendo el podium final. Después de 4:54:03 de lucha contra la gélida temperatura el húngaro Istvan Toth completaba de madrugada los 42 kilómetros en primer lugar. Segundo en meta se presentaba el luxemburgués John Braun, invirtiendo 5:05:50. Tercero llegaba el ruso Dmitry Mamadaliev, anotando 5:05:53. Y cuarto el asturiano Fernando González, parando el crono en 5:09:40. Por su parte la australiana Richelle Turner, 6:03:06, encabezó el grupo de corredoras seguida de la también australiana Sharyn Fitzgerald, 6:28:16, y la británica Sue Bradford, 7:14:24.
Una vez todos los corredores finalizaron la carrera un helicóptero les transportó a los 90 grados de Latitud Norte, el punto exacto donde se sitúa el Polo Norte Geográfico, que en esos momentos se encontraba a 85 kilómetros de la Base Barneo. Allí tuvieron oportunidad de rodear el eje de rotación terrestre con solo dar unos cuantos pasos en círculo.
Fernando manifestó de regreso a la Isla de Svalbard su satisfacción por la experiencia vivida. “Correr sobre el océano en el lugar más frío y remoto del mundo es algo único”. Si bien lamentó no haber subido al podium, “Ha sido la carrera más dura que he hecho. El recorrido ha sido muy farragoso y el frío no te deja funcionar. Las gafas se congelan y cuando te las quitas los ojos se llenan de cristales de hielo. Además a mitad de carrera he perdido los geles porque se ha descosido el bolsillo del corta-vientos… y aquí si te quedas sin alimento lo pagas caro”.
También recordó su compromiso de seguir adelante con el desafío ‘Grand Slam Marathon’. Para lo cual deberá competir en pruebas de maratón (42 km) o ultramaratón en los siete continentes del planeta y el Polo Norte. Hasta el momento, además del North Pole Marathon, ha cubierto las etapas de Europa (España) con el Maratón Xtreme Lagos de Covadonga, América del Norte (Groenlandia) con el Polar Circle Marathon, África (Argelia) con el Sahara Marathon y Asia (India-Nepal) con el Himalayan 100 Mile Stage Race, donde fue vencedor absoluto.
Su próximo reto será la Kepler Challenge, en Nueva Zelanda (Oceanía), a primeros de diciembre. Restaría entonces al asturiano competir en América del Sur y La Antártida. Hasta el momento cincuenta corredores en el mundo han sellado el ‘Grand Slam Marathon’. De ellos solo tres españoles, los madrileños Juan Antonio Alegre ‘Chinotto’ y Miguel Caselles y el vasco Jorge González de Matauco.
Al igual que los tres predecesores españoles, para endurecer la experiencia y hacerla más original, Fernando González ha elegido competiciones lejos del asfalto, en escenarios naturales, principalmente en montañas y desiertos. “Prefiero las carreras de montaña, de aventura, es donde me siento cómodo compitiendo”, había señalado antes de partir al Maratón del Polo Norte.
Más Información: www.npmarathon.com
Así se levanta la Base Polar Barneo:
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