Realejo Alto-El Horno-Palo Blanco-Chanajiga- Pino LLórón y vuelta.

Buen entrenamiento el de ayer, primero largo de la temporada y que me llena de optimismo para el próximo reto. Como había que madrugar, decidí salir desde la puerta de casa y no desplazarme en el coche, habían varias rutas a elegir y al final me decidí por la que abre esta entrada.

A las 6:25 a.m. estaba en la calle con las legañas todavía en los ojos, no hacía frío pero por si acaso llevaba en el camel una chaqueta cortavientos, gorro, guantes, etc. Todavía era de noche y empecé la subida con los bastones, me encontraba un poco extraño con ellos ya que sólo los había utilizado una vez pero enseguida se les coge el tranquillo y para delante. Por cierto, que también llevaba la cámara pero nada más hacer la primera parada para hacer una foto del amanecer en el Valle veo que llevo las baterías agotadas, estupendo, a cargar la cámara para nada.

En el aire se nota algo de calima y el aire que corre está caliente, por supuesto la ropa de abrigo también está de más. No conozco el camino, pero por lógica voy cogiendo siempre el camino más vertical, la primera hora me coge en un pequeño cruce, ¿El Madroño?, aprovecho y como algo y rápidamente sigo para no enfriarme. De repente salgo a la carretera que llega a Chanajiga, ¿ya estoy aquí?, no me acuerdo bien pero llevaba sobre 1h 20 min., me sorprendo de llegar tan pronto. A partir de aquí ya se suaviza un poco el desnivel y puedo empezar a correr, en la zona recreativa propiamente dicha no había un alma, sólo un coche que ya conozco de otro corredor habitual. Me lo cruzo en la pista que va al Pino LLorón, va muy abrigado y yo en mangas de camisa. Voy muy entretenido, el mp3 se había quedado en casa pero tampoco lo he echado de menos. LLego al Pino LLorón, 1h 50 min., como algo sentado en una piedra junto a una valla que cierra por obras la pista que sube hacia Las Cañadas.

Es hora de volver a casa, volviendo por la pista hacia Chanajiga, me cruzo con varios corredores y un ciclista. Al llegar al asfalto, me fijo en algo muy curioso, detrás de unos arbustos hay una especie de ¡¡¡¡polideportivo!!!! con su césped artificial, una pequeña pista alrededor y todo. En pleno monte, es increíble, todo está permitido.

Empieza la bajada fuerte y ya ha salido el sol, voy cruzando por los barrios y ya hay gente por la calle; se sorprenden de ver corriendo a alguien a esas horas, algunos te saludan, otros te hacen comentarios, te preguntan de donde vienes...

En nada estoy otra vez en casa, son las 9:30 a.m., por lo que han sido 3h y 5min. de entrenamiento. Estoy muy bien, muy fresco teniendo en cuenta que la tarde anterior había jugado un partido de fútbol, eso sí, tengo un hambre que no veas.

Hoy lunes sí que tengo algo de agujetas, sobre todo en los cuádriceps, se me suelen cargar bastante en las bajadas. Seguramente se me aliviará un poco con el entrenamiento de esta tarde. El próximo fin de semana habrá nueva ruta.