Por unas cosas y otras estos últimos siete días han sido un poco raros. Aunque he podido entrenar no he dedicado el tiempo necesario por diversos problemas familiares, pero bueno, intento adaptar el tiempo que tengo y no obsesionarme por no poder cumplir a rajatabla con los planes previstos.
Es curioso, antes si me tenía que saltar un entrenamiento me torturaba por dentro pensando que lo tenía que recuperar levantándome pronto para sustituir esa sesión o saltándome el día de descanso, etc… Por ejemplo, este fin de semana tenía a un familiar en el hospital, quería hacer una tirada por el monte pero como veía que no iba a poder ser pues lo sustituí por una hora y media de trote por el parque metiendo alguna cuestecilla, no es lo mismo pero a falta de pan buenas son tortas. El lunes tuve que dejar el entrenamiento porque venían con un furgón a casa para llevarse algunos trastos por lo que lo dejé para el martes, pero es que el martes salió un imprevisto y me tuve que quedar en casa con mis hijos y un sobrino; solución, sesión improvisada de pesas en mi habitación, mientras los menudos veían Bola de Dragón yo estaba tirado en el suelo entre abdominales y mancuernas.
Y os digo una cosa, no cambio esta sesión con los niños por ninguna tirada por el monte, teníais que ver a la peque, tirada por los suelos con los pies en el aire imitando mis movimientos y diciendo -¡yo también, Papi!-; me vuelve la sonrisa con sólo recordarlo.
En teoría hoy toca una sesión dura en el parque, pero no sé, Mari mañana tiene un curso desde temprano y la peque se queda a dormir con los abuelos, esperemos que no haya que volver a improvisar.
¡¡Feliz San Valentín a todos!!
Es curioso, antes si me tenía que saltar un entrenamiento me torturaba por dentro pensando que lo tenía que recuperar levantándome pronto para sustituir esa sesión o saltándome el día de descanso, etc… Por ejemplo, este fin de semana tenía a un familiar en el hospital, quería hacer una tirada por el monte pero como veía que no iba a poder ser pues lo sustituí por una hora y media de trote por el parque metiendo alguna cuestecilla, no es lo mismo pero a falta de pan buenas son tortas. El lunes tuve que dejar el entrenamiento porque venían con un furgón a casa para llevarse algunos trastos por lo que lo dejé para el martes, pero es que el martes salió un imprevisto y me tuve que quedar en casa con mis hijos y un sobrino; solución, sesión improvisada de pesas en mi habitación, mientras los menudos veían Bola de Dragón yo estaba tirado en el suelo entre abdominales y mancuernas.
Y os digo una cosa, no cambio esta sesión con los niños por ninguna tirada por el monte, teníais que ver a la peque, tirada por los suelos con los pies en el aire imitando mis movimientos y diciendo -¡yo también, Papi!-; me vuelve la sonrisa con sólo recordarlo.
En teoría hoy toca una sesión dura en el parque, pero no sé, Mari mañana tiene un curso desde temprano y la peque se queda a dormir con los abuelos, esperemos que no haya que volver a improvisar.
¡¡Feliz San Valentín a todos!!
1 comentarios:
Lo importante es tener capacidad de reacción y alternativas, si no se puede hacer A se hace B y si no C, no pasa nada, si ocurriese a diario entonces si que sería complejo seguir un plan, no te obsesiones y sigue improvisando.
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