En marcha y con la mentalidad de a correr todo lo que se pueda, las pistas y senderos estrechos bastantes juguetones, se encargarían de dar rienda suelta a nuestras piernas. Por mi parte, mi finalidad en la salida era intentar bajar de las 6 horas... algo que si fallaba en lo más mínimo con mi planificación marcada, podría
dar al traste con mis aspiraciones. Lo que sí tenía claro, era que las piernas... tarde o temprano se verían resentidas de los 123 acumulados sólo tres semanas antes, en lo más profundo de mí, ansiaba que fuera lo más tarde posible, je, je y entre ires y venires de corredores, algunas cortas conversaciones con un inglés bien
chapurreado, seguía echando kilómetros pa’ tras... En esta ocasión, quise disfrutar de los entresijos boscosos, con la ayuda de la corriente alterna, sí, sí... los de Highway to Hell y al son de los melenudos iba con piernas firmes, buen ritmo y como decimos en la Villa y Puerto... dando soga... hasta el primer avituallamiento, todo parecía ir sobre ruedas o más bien sobre mis Cascadia 6 de manera correcta, a partir de este km 29 las cosas empezarían a cambiar...
Aquí... no faltaba nada... Menudo invento... ya lo copiaré...
0 comentarios:
Publicar un comentario